Vale. Estaba claro. Sabía que iba a pasar. Mis viejos me han llamado esta mañana para decirme el típico «¿lo ves?», después de lo que ha pasado este fin de semana en la Love Parade de Berlín, donde han fallecido 19 jóvenes tras una serie de avalanchas.
Mis padres ya saben que a mí me gusta mucho el tecno y la música electrónica (como os dije en su día) y puede que, en alguna ocasión, les haya manifestado mi deseo de acudir a la Love Parade, uno de los eventos más importantes del mundo de este género.
Parece que, ante lo ocurrido, mi madre y mi padre se han puesto de acuerdo para volver a recordarme los peligros que encierran este tipo de acontecimientos o, mejor dicho, para, casi casi, culpabilzarnos de lo que pasa cuando nos juntamos muchos jóvenes para pasarlo bien.
Pero esto no es así. Habrá que ver quién o quiénes son los responsables de esta tragedia, cómo es posible que hubiese el triple de personas de lo previsto y que esta afluencia no se haya podido controlar, para ver qué es lo que ha fallado, etc…
Por favor: no nos echen la culpa. Sé que nuestras madres y padres saben que es así, pero ese ¿lo ves? parece que todavía mantiene en el inconsciente un cierto temor. A lo mejor es la preocupación propia que seguro que todos los padres tienen por lo que hacen sus hijos, pero pensemos con la cabeza…
Ha sido una desgraciada fatalidad que, seguramente, se podría haber evitado, pero eso no significa que, por ello, debamos de dejar de asistir a este tipo de eventos. Vale, habrá que hacerlo con responsabilidad y también deberíamos ir con la certeza de que los organizadores de los mismos velarán para que cosas como éstas no pasen.
Por lo demás, nuestra solidaridad con todos los fallecidos y heridos.